La 51ª cumbre del Grupo de los Siete inició este lunes en Canadá con un llamado unánime de los líderes a contener el aumento de tensiones entre Israel e Irán, mientras el presidente estadounidense, Donald Trump, confirmó haber recibido mensajes de mediadores indicando que Irán quiere dialogar y reducir la tensión. Agregó que espera que lo hagan antes que sea demasiado tarde.
Aunque los líderes del G7 emitieron una declaración conjunta subrayando el derecho de Israel a defenderse y reafirmando que Irán no debe adquirir armas nucleares, el presidente estadounidense se negó a firmarla, dejando entrever diferencias profundas con sus aliados.
El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, advirtió sobre el riesgo de una escalada que podría desestabilizar Gaza y golpear la economía global. Por su parte, Alemania anunció una propuesta formal que refuerza la oposición a cualquier avance nuclear iraní, mientras Canadá, como anfitrión, expresó preocupación por la fragilidad del orden internacional y llamó a una mayor unidad.
En paralelo, Trump aprovechó su presencia en la cumbre para renovar sus críticas al enfoque multilateral del G7 y defender el regreso de Rusia, país expulsado en 2014 tras la anexión de Crimea, asegurando que la guerra se podría haber evitado de no haber tomado esa decisión errónea.
También insistió en priorizar la agenda comercial, sugiriendo nuevos aranceles a socios tradicionales y planteando la inclusión de China en futuras reuniones del grupo.