Javier Hércules, un periodista salvadoreño de 50 años, fue asesinado a tiros este domingo mientras se dirigía a su casa en Santa Rosa de Copán, en el occidente de Honduras. Según las primeras informaciones, dos hombres en motocicleta le dispararon mientras conducía un radio taxi, otra de sus ocupaciones.
Hércules, de 50 años, vivía desde hace años en Honduras, donde además de su trabajo como conductor, se desempeñaba como comunicador en el canal local ATN a Todo Noticias.
Según informes preliminares, ya había sido amenazado y, de hecho, estaba bajo medidas de protección estatal desde el año pasado, tras haber sido secuestrado y golpeado por desconocidos.
La noticia generó una ola de indignación. El Colegio de Periodistas de Honduras expresó su repudio y apuntó directamente al sistema de protección oficial, al que acusaron de fallar rotundamente. “Esto no debió pasar”, afirmaron.
Hasta el momento, las autoridades no han detenido a ningún sospechoso y tampoco han aclarado el posible motivo detrás del crimen.
En Honduras, ser periodista se ha vuelto una profesión de alto riesgo. Desde 2001, más de cien trabajadores de prensa han sido asesinados, y la gran mayoría de esos casos siguen sin justicia.
El caso de Hércules no solo enluta a su familia y colegas, sino que vuelve a dejar al descubierto la peligrosa realidad que enfrenta en el país.
