China ha lanzado una dura advertencia contra Estados Unidos tras conocerse su intención de construir un nuevo sistema de defensa antimisiles. Pekín asegura que este proyecto podría provocar una carrera armamentística sin precedentes y advierte que, de seguir adelante, el plan estadounidense pondría al mundo en riesgo de una guerra nuclear.
Según el gobierno chino, la estrategia de Washington no solo debilita el equilibrio de seguridad global, sino que además amenaza con militarizar el espacio exterior.
Esta postura es compartida por Corea del Norte, que también acusó a EE.UU. de fomentar tensiones nucleares al querer trasladar la confrontación más allá del planeta.
Los analistas coinciden en que, más allá del impacto geopolítico, el proyecto enfrenta enormes retos técnicos y un altísimo coste económico. Pero lo que más preocupa a expertos y gobiernos es que, lejos de disuadir posibles ataques, este tipo de escudos pueda motivar a otras potencias a mejorar su arsenal nuclear para sortear los sistemas defensivos.
En medio de un panorama internacional ya marcado por conflictos y desconfianza, la decisión de Estados Unidos añade un nuevo foco de tensión. Tanto China como Corea del Norte han dejado claro que consideran este movimiento como una amenaza directa, y no descartan tomar medidas si el proyecto continúa su curso.