En medio de una frágil tregua en la Franja de Gaza, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha propuesto una solución controvertida que ha generado fuertes reacciones de los grupos palestinos Hamás y Yihad Islámica. La tensión aumenta mientras se discuten planes de desplazamiento para los habitantes de la región, sumidos en una crisis humanitaria.

 

Palestinos desplazados regresan a Rafah, Franja de Gaza, el lunes 20 de enero de 2025, al día siguiente de que entrase en vigencia l cese el fuego entre Israel y Hamás. (AP Foto/Jehad Alshrafi)

 

Donald Trump, ha provocado un revuelo con su propuesta de «limpiar» la Franja de Gaza, un territorio histórico que hoy enfrenta una devastadora crisis humanitaria. En un discurso reciente, Trump comparó Gaza con un «sitio de demolición», sugiriendo que los palestinos sean trasladados a Egipto y Jordania, un plan que ha sido calificado como inaceptable por los líderes palestinos.

Los ecos de esta controvertida iniciativa resonaron en las declaraciones de un ministro de extrema derecha del gobierno israelí, quien apoyó la idea y argumentó que los palestinos podrían «establecer nuevas y buenas vidas en otros lugares». Sin embargo, esta perspectiva es rechazada por organizaciones palestinas, que enfatizan que durante décadas han resistido propuestas similares de desplazamiento.

 

Hamás, a través de un miembro de su oficina política, aseguró que los palestinos «harán fracasar» esta y otras propuestas que amenazan su derecho a vivir en su tierra. En paralelo, la Yihad Islámica se arremetió contra las declaraciones de Trump, calificándolas de incitación a «crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad» en un contexto donde más de 2,4 millones de personas ya enfrentan el desarraigo por el conflicto.

La situación se complica aún más con la reciente decisión de Trump de autorizar el envío de bombas de 900 kilos a Israel, una medida que su predecesor había suspendido. Esta acción ha sido recibida con gratitud por parte del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, mientras la población de Gaza sigue atrapada en un corredor militarizado de siete kilómetros que limita su movilidad y acceso a sus hogares.

 

A pesar del acuerdo de alto el fuego que había prometido permitir el regreso de los desplazados a sus residencias, Israel impide actualmente el paso, argumentando que Hamás no ha cumplido con ciertas condiciones.