Un día como hoy, hace 81 años, finalizó el asedio nazi a Leningrado, ahora conocido como San Petersburgo

Un día como hoy, hace 81 años, el 27 de enero de 1944, finalizó el asedio nazi a Leningrado, ahora conocida como San Petersburgo, después de 872 días de sufrimiento.

Catalogado como uno de los peores asedios que recuerda la historia durante la segunda guerra mundial, donde se cree que murieron más de 1 millón de personas, la mayoría de hambre.

Uno de los principales objetivos de Adolfo Hitler al comenzar la operación de sitio en Leningrado era eliminar los centros industriales clave de la Unión Soviética.

Leningrado se convirtió en un objetivo importante debido a sus fábricas de armamento, astilleros y grandes plantas siderúrgicas, lo que era una ventaja estratégica significativa al controlarla

En un plan siniestro de perversión, Hitler dejó en claro en uno de sus discursos con una frase de imaginaba transparencia, “Leningrado debe ser borrada de la faz de la tierra. No nos interesa en absoluto salvar civiles”, por lo cual ordenó detonar más de 100,000 bombas en la ciudad.

 

 

Los rusos supieron enseguida que Leningrado iba a ser atacada y probablemente destruida, por el hambre y el frío, pero principalmente por los invasores. Cuando las tropas nazis se acercaron a la ciudad, varios trenes con refugiados, mujeres y menores en su mayoría, salieron de Leningrado rumbo a Moscú en trenes despachados con urgencia

 

No pasaron esos casi dos años y medio sin que el ejército soviético intentara romper el asedio. A pesar de ello, los alemanes no perdieron el tiempo mientras esperaban que la ciudad cayera y

construyeron defensas terrestres que impidieron el avance de los refuerzos soviéticos.

Luego de varios intentos, finalmente, en enero de 1944, las fuerzas soviéticas lograron romper el asedio y superar el cerco impuesto por el ejército alemán.

Entre marzo y junio de ese mismo año, expulsaron por completo a las tropas alemanas de los alrededores de la ciudad.

Leningrado había sido recuperada, impidiendo que Hitler se apoderara

de sus fábricas, pero a un costo humano devastador, no sólo los civiles sufrieron las consecuencias, sino el ejército Rojo perdió casi dos millones y medio de soldados entre muertos y heridos.

Desde entonces y hasta la fecha, se conmemora lo que fue catalogado como el asedio más terrible de la Segunda Guerra Mundial.