Cuatro de los diez presos que escaparon del Centro de Justicia de la parroquia de Orleans, en Nueva Orleans, ya han sido detenidos por las autoridades estadounidenses.
Las capturas se realizaron durante el fin de semana, la última de ellas este lunes, cuando un joven de 21 años fue localizado en una vivienda abandonada. La fuga, que se detectó la mañana del viernes tras un recuento rutinario, provocó un operativo a gran escala que aún sigue en marcha para dar con el paradero de los seis reclusos restantes, considerados peligrosos.
El escape ha dejado al descubierto una serie de irregularidades en el penal. Las autoridades locales y federales sospechan que hubo colaboración interna, dado que algunos empleados habrían facilitado la huida. Tres funcionarios han sido apartados de sus funciones mientras se desarrolla una investigación interna.
Las grabaciones de seguridad muestran cómo los presos aprovecharon un sistema de cerraduras defectuoso y una zona desatendida del centro para abrirse paso. Escaparon por una cerca utilizando mantas, y en el túnel dejaron un mensaje que decía: “Demasiado fácil, jaja”.
Los recapturados enfrentan cargos por delitos graves, incluidos asesinato e intento de homicidio, por lo que se considera que el grupo representa una amenaza significativa.
Aunque ya se han logrado capturas, el fiscal del distrito alertó que la situación sigue siendo delicada. Agentes de seguridad en estados vecinos como Texas, Misisipi y Arkansas están en alerta ante la posibilidad de que los prófugos hayan abandonado Luisiana.