El presidente ruso, Vladimir Putin, afina los últimos detalles para el desfile del Día de la Victoria este viernes en la Plaza Roja, mientras sus tropas continúan bombardeando Ucrania y Kiev responde con ataques masivos de drones sobre territorio ruso. La celebración coincide con una tregua unilateral anunciada por el Kremlin, cuya efectividad aún es incierta.

Más de 100 drones ucranianos fueron interceptados esta semana en distintos puntos de Rusia, provocando el cierre temporal de aeropuertos en Moscú y otras regiones. El Kremlin advirtió que responderá de forma inmediata si Ucrania lanza ofensivas durante la tregua decretada entre el 8 y el 10 de mayo. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, calificó el desfile como una actuación teatral y puso en duda su seguridad.

Este año se conmemora el 80º aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi con un despliegue militar sin precedentes. Se espera la participación de soldados chinos y la presencia de líderes de países aliados como China, Brasil, Bielorrusia y Venezuela. Las calles de Moscú ya lucen decoradas con símbolos patrióticos y llamados a “recordar y estar orgullosos”.

Desde el inicio de la guerra en 2022, Putin ha utilizado el simbolismo de la Segunda Guerra Mundial para justificar la invasión a Ucrania, que sigue bajo ocupación rusa en un 20% de su territorio. Al mismo tiempo, el gobierno ha endurecido la censura interna, prohibiendo cualquier crítica a las fuerzas armadas.

El desfile del 9 de mayo, considerado la mayor celebración patriótica rusa, se lleva a cabo por cuarto año consecutivo en el contexto de la guerra. Aunque el Kremlin busca proyectar fortaleza, las tensiones en el frente y los ataques aéreos hacen que el evento esté marcado por la incertidumbre y la confrontación.