Tatiana Hernández, estudiante de Medicina de 23 años, fue vista por última vez el pasado 13 de abril frente al Centro Histórico de Cartagena. Salió del Hospital Naval, donde realizaba sus prácticas, buscando un respiro del estrés académico. Nunca regresó. Solo quedaron su celular, unas sandalias y un video grabado por un turista que la muestra mirando al mar.

Su familia, que había llegado a pasar Semana Santa con ella, encendió las alarmas al no lograr comunicarse. La preocupación creció al punto de que la Interpol emitió una circular amarilla, y la Fiscalía indaga posibles pistas, incluidos mensajes borrados de su teléfono. Una de las hipótesis que toma fuerza es la de un posible secuestro.

Su madre, Lucy Díaz, ha pedido públicamente la intervención directa de la fiscal general y suplica por una búsqueda física en la ciudad. En medio de su clamor, también pidió clemencia a quienes puedan tener a su hija: “No me le hagan daño”.

Aunque no se descarta que Tatiana haya caído al mar, las labores de búsqueda marítima no han dado resultado. Otra versión sugiere que fue abordada por un hombre en la playa y que habría cruzado por voluntad propia hacia el Centro Histórico, sin que se sepa más desde entonces.

Con cámaras dañadas, versiones fragmentadas y tres hipótesis en juego, las autoridades siguen sin respuestas claras. Mientras tanto, la recompensa por información asciende a 200 millones de pesos, y la angustia de su familia crece con cada día que pasa sin noticias.