En una escena trágica, cinco personas fueron asesinadas dentro de una casa en el conjunto residencial Rania, en la ciudad costera de Manta, la noche del domingo 20 de abril. Los atacantes, vestidos con uniformes policiales, burlaron la seguridad del lugar y abrieron fuego contra los asistentes de una reunión familiar.
Entre las víctimas mortales se encuentran un ciudadano colombiano con antecedentes penales y una niña de apenas siete años. Otras cinco personas resultaron heridas, una de ellas con orden de detención vigente. La policía halló uno de los vehículos usados por los agresores, quienes llegaron en tres unidades, incluyendo una motocicleta.
Este ataque se suma a una racha de masacres que golpean la provincia de Manabí, epicentro de una violencia ligada al crimen organizado. Apenas días antes, durante el feriado de Semana Santa, 12 personas murieron en un ataque similar en una gallera del cantón El Carmen, perpetrado por hombres disfrazados de militares.
El año 2025 ha arrancado como el más sangriento en la historia reciente del país: solo en el distrito de Manta se contabilizan ya 139 muertes violentas. Las autoridades atribuyen esta ola de asesinatos a las bandas criminales que operan en la región, en el contexto de un conflicto armado interno declarado por el gobierno desde el año 2024.