Giorgia Meloni, aliada ideológica de Donald Trump, se reunirá esta semana con el presidente estadounidense en Washington con el objetivo máximo de intentar poner fin a la guerra comercial con la Unión Europea. Sin embargo, el resultado del encuentro es una gran incógnita dado el ambiente de tensión y la volatilidad del magnate republicano.
Meloni ha mantenido un perfil silencioso mientras Trump recrudece su guerra comercial e incluso evitó quejarse demasiado por la decisión de Reino Unido y Francia de tomar la delantera en las medidas de respuesta a Donald Trump. Meloni sólo se limitó a pedir «calma» ante el «error» del presidente estadounidense, mientras insistía en la necesidad de evitar una fractura transatlántica.
Tras la reunión que sostendrá con el presidente de Estados Unidos, recibirá en Roma a J.D. Vance, compañero de fórmula de Trump; además, la próxima semana está previsto un viaje del ministro de Economía italiano, Giancarlo Giorgetti, a Estados Unidos para entrevistarse con el secretario del Tesoro, Scott Kenneth Bessent.
Se prevé que esta serie de reuniones logren apaciguar las medidas implementadas por el gobierno estadounidense que han impactado duramente en la economía mundial.
El viaje, de no tener los resultados esperados podrían conllevar un alto costo político contra Meloni, por lo que expertos advierten la importancia de estas sesiones, tomando en cuenta que el carácter impredecible de Trump coloca a los altos funcionarios de todos los países en la cuerda floja.
Otra de las advertencias es que Meloni podría convertirse en un caballo de Troya, luego que politólogos como Jean-Pierre Darnis, de la Université Côte-d’Azul de Francia, advirtiera que el propósito a largo plazo de Donald Trump es dividir a los europeos.