En medio de crecientes tensiones geopolíticas, Rusia planea instalar su primera base aérea en el Océano Pacífico, específicamente en Papúa Nueva Guinea, a tan solo 1,200 kilómetros de Darwin, una ciudad clave para las operaciones militares australianas y aliadas en la región.
El proyecto, confirmado por fuentes de defensa del Kremlin y citado por medios como The Guardian y Reuters, ha generado preocupación en Occidente por la cercanía de la instalación a puntos estratégicos de Estados Unidos y Australia.
La iniciativa rusa busca reforzar su presencia en el Indo-Pacífico y responde a lo que Moscú considera un avance de la OTAN y sus aliados en regiones tradicionalmente fuera de su esfera de influencia.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, expresó este fin de semana su alarma ante los reportes, y declaró que su gobierno está esperando una aclaración por parte de Indonesia, país que podría estar involucrado indirectamente en el tránsito o logística de dicho despliegue.
El gobierno de Papúa Nueva Guinea no ha confirmado oficialmente ningún acuerdo con Rusia, aunque en los últimos meses ha mostrado interés en diversificar sus alianzas militares y económicas, lo que ha despertado el interés tanto de potencias occidentales como de China y ahora Rusia.