Un hongo de rápida propagación y difícil tratamiento ha encendido las alertas en el sistema de salud argentino. Se trata de “Candida parapsilosis”, una levadura que, aunque suele habitar en la piel y el tracto gastrointestinal, puede causar infecciones graves en pacientes inmunodeprimidos o con dispositivos médicos invasivos como catéteres.

El Ministerio de Salud reportó un aumento de casos resistentes al fluconazol, el antifúngico más utilizado en el país. En el Área Metropolitana de Buenos Aires, “Candida parapsilosis” ya supera a “Candida albicans” como principal causa de candidemia, con tasas de resistencia que alcanzan hasta el 30 % en algunos hospitales.

La OMS la clasifica como patógeno de alta prioridad por su facilidad de transmisión y resistencia creciente. El contacto con superficies contaminadas y equipos médicos mal desinfectados favorece su propagación, lo que obliga a reforzar medidas de higiene hospitalaria.

Las autoridades recomiendan extremar los protocolos de bioseguridad, mejorar la desinfección de equipos y usar antifúngicos con mayor control para frenar la propagación del hongo.