Una serie de tormentas severas y tornados azotaron varios estados del centro y sur de Estados Unidos, dejando al menos siete personas fallecidas y trece heridas, según informaron medios locales.
El fenómeno meteorológico, que se desató desde la noche del miércoles, causó serios destrozos: viviendas colapsadas, vehículos volcados, árboles arrancados de raíz y miles de hogares sin electricidad. Los vientos alcanzaron ráfagas de hasta 120 kilómetros por hora, mientras el mal tiempo mantiene a más de 15 millones de personas bajo algún tipo de alerta.
Entre las víctimas mortales, cinco se registraron en el estado de Tennessee. Una de las tragedias ocurrió cuando un tornado destruyó la casa de una familia, provocando la muerte de un padre y su hija de 16 años, mientras que la madre permanece en estado crítico. En Indiana, un hombre perdió la vida cuando su camioneta impactó contra cables eléctricos que habían caído por la tormenta. Y en Misuri, el jefe de un cuerpo de bomberos murió mientras intentaba asistir a un conductor atrapado por las condiciones climáticas.
Además de los daños humanos y materiales, las condiciones meteorológicas extremas también afectaron la movilidad aérea más de 600 vuelos fueron cancelados y se reportaron más de 5.000 retrasos. El Servicio Nacional de Meteorología emitió advertencias por posibles inundaciones “históricas y peligrosas” en zonas como el valle bajo del río Ohio. También se esperan tormentas severas, granizadas y nuevos tornados en regiones como Arkansas, Texas, Luisiana y la meseta de los Ozarks.
