La inmunidad de la población española se ve nuevamente amenazada por brotes de sarampión que se extienden por el territorio. Tras los contagios registrados a finales del año pasado y principios de este en el País Vasco y Cataluña, ahora Burgos y Málaga se suman a la lista, evidenciando la rápida propagación del virus entre personas no vacunadas. Este repunte en España se enmarca en un contexto europeo preocupante, donde los casos de sarampión se han duplicado en 2025 en comparación con el año anterior, alcanzando cifras no vistas desde 1997.

El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades ha instado a los países de la Unión Europea a revisar sus coberturas vacunales ante la previsión de un aumento significativo de casos durante la primavera. Países como Rumanía, Italia, Alemania, Bélgica y Austria ya registran cifras alarmantes de contagios. En España, los datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica revelan un total de 156 casos confirmados hasta el 16 de marzo, de los 277 notificados. Esta cifra supera la mitad de los casos registrados en todo 2024 y sextuplica los contabilizados en el mismo período del año anterior, siendo el País Vasco, Andalucía y Cataluña las comunidades autónomas más afectadas.

Expertos de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica atribuyen este aumento a la importación de casos y a la baja cobertura de la segunda dosis de la vacuna, que no alcanza el 95% recomendado en la mayoría de las comunidades autónomas. La falta de inmunización en adultos nacidos antes de 1981, año en que se instauró la segunda dosis sistemática, también contribuye a la propagación del virus.

Pediatras y expertos en salud pública coinciden en la necesidad de reforzar las campañas de vacunación, especialmente en niños menores de doce meses y adultos no inmunizados. Aunque descartan la transmisión comunitaria del virus en España, advierten sobre la vulnerabilidad de ciertos grupos de población en grandes ciudades, donde la cobertura vacunal puede ser inferior al promedio nacional.

A pesar de la preocupación, los expertos insisten en que no hay motivo para la alarma, pero sí para la alerta. Los sistemas de vigilancia están activos y los médicos están capacitados para detectar y controlar los brotes. Las comunidades autónomas han intensificado sus campañas de vacunación y se espera que el brote en el País Vasco, que no ha registrado nuevos casos desde el 13 de febrero, esté pronto controlado.