El presidente de EE.UU., Donald Trump, exigió la destitución del juez James E. Boasberg tras su fallo que intentó impedir la deportación de más de 200 migrantes, entre estos; miembros del grupo criminal Tren de Aragua y de la mara MS13 . Trump a través de sus redes sociales acusó a Boasberg de ser un «lunático radical de izquierda» y aseguró que su decisión era un intento de sabotear su política migratoria. A pesar de la orden judicial, el gobierno de Trump ejecutó las deportaciones, lo que ha provocado nuevas disputas legales.

Este juez, como muchos de los jueces corruptos ante los que me veo obligado a comparecer, ¡debería ser destituido! No queremos criminales despiadados, violentos y dementes, muchos de ellos asesinos trastornados, en nuestro país. ¡Hagamos que América sea grande otra vez! publicó el mandatario.

Desde El Salvador, el presidente Nayib Bukele reaccionó a la controversia en su cuenta de X, al afirmar que EE.UU. enfrenta un “golpe judicial”, señalando el enfrentamiento entre el poder ejecutivo y el judicial. Su comentario generó eco en redes sociales, donde el empresario y asesor de Trump, Elon Musk, respondió con un contundente «1000%», mostrando su respaldo a la postura de Bukele.

El conflicto con Boasberg es solo uno de los múltiples frentes judiciales que Trump enfrenta. Otra jueza bloqueó recientemente su orden ejecutiva que prohibía la presencia de personas trans en el Ejército, al menos hasta que un tribunal de apelaciones se pronuncie. Además, un juez federal cuestionó la decisión de su administración de cerrar la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional. USAID, calificándola de probablemente inconstitucional.