La polémica orden ejecutiva del presidente Donald Trump que busca eliminar el derecho de ciudadanía por nacimiento ya genera un intenso debate legal en Estados Unidos. A menos de dos días de su orden, ya cuenta con demandas que buscan su eliminación.


La intención de eliminar el derecho de ciudadanía por nacimiento, ya ha generado, incluso acciones legales. Dos demandas fueron presentadas en su contra, lideradas por una coalición de 18 estados de tendencia demócrata y organizaciones defensoras de derechos humanos. Los estados de Nueva York y California encabezan la acción judicial ante un tribunal federal en Massachusetts.
La polémica medida elimina el denominado «derecho de suelo», consagrado en la 14ª Enmienda de la Constitución de Estados Unidos. Esta enmienda, adoptada tras la Guerra Civil en el siglo XIX, garantiza la ciudadanía a cualquier persona nacida en territorio estadounidense.

Lamentablemente, esta orden y muchas otras no son ninguna sorpresa. Trump está cumpliendo una promesa de campaña. Hoy yo también estoy cumpliendo una promesa: tomar medidas si Trump viola la ley y atenta contra nuestros derechos, contra los suyos. Como lo hizo hoy con lo que es, francamente, una orden ejecutiva antiestadounidense”. (Rob Bonta, fiscal general de California)

Si se llegara a implementar la orden, en vigor dentro de 30 días, se negaría automáticamente el acceso a la ciudadanía a los hijos de madres que se encuentren en el país de manera ilegal o temporal, siempre y cuando el padre no sea ciudadano estadounidense. Esto significa que los recién nacidos no podrán acceder a documentos básicos como certificados de nacimiento o pasaportes, limitando severamente sus derechos legales.

Trump justificó la medida argumentando que Estados Unidos es el único país con derecho de ciudadanía por nacimiento, ignorando que otras naciones, como Canadá y México, también lo aplican. Sin embargo, esta afirmación fue rápidamente desacreditada.

La controversia apenas comienza, y mientras los tribunales evalúan la validez de la orden, el debate político y social continúa intensificándose en todo el territorio estadounidense.