El martes, en el municipio de Balboa, Cauca, un ataque explosivo perpetrado por disidentes de las FARC dejó un saldo de cinco soldados muertos y tres heridos de gravedad.
Los militares estaban en misión para reemplazar un puente destruido a principios de marzo por el Frente Carlos Patiño, una facción del Estado Mayor Central (EMC) que se apartó del acuerdo de paz de 2016. El ataque ocurrió en una zona rural donde los soldados fueron sorprendidos por un artefacto explosivo enterrado en la vía.
El Ejército colombiano condenó el ataque, tildándolo de «terrorista», y destacó la gravedad de este hecho en una región clave para la producción de cocaína en el país. El ministro de Defensa, Pedro Sánchez Suárez, expresó su rechazo al atentado y ofreció su apoyo a las familias de los caídos.
Por su parte, el presidente Gustavo Petro, quien había anunciado previamente que se reemplazaría el puente destruido, reafirmó el compromiso del gobierno con la rehabilitación de la infraestructura. Este ataque subraya la persistente violencia en el Cauca, donde las disidencias de las FARC siguen enfrentando al Estado, complicando la situación de seguridad en la región.