Buitres sobrevuelan Huehuetla, una comunidad indígena del estado de Hidalgo, una de las más golpeadas por los deslaves y desbordamientos que han dejado decenas de muertos en México tras las intensas lluvias de la última semana.
Los estados de Hidalgo, Puebla y Veracruz concentran la mayor parte de las víctimas y daños materiales. En Huehuetla, hombres y mujeres intentan remover el lodo que cubre sus casas mientras aumenta la preocupación por los animales muertos que comienzan a descomponerse.
La ayuda oficial llega lentamente a esta localidad de unos 22.800 habitantes. Las carreteras, afectadas por grietas y derrumbes, dificultan el ingreso de maquinaria y alimentos. Refrigeradores, colchones y muebles permanecen semienterrados bajo capas de fango de hasta dos metros.
Dolores Téllez asegura que el domingo pasado la gente entró en pánico por el rumor de un nuevo deslave. La desesperación por la escasez de alimentos y el miedo a nuevos derrumbes marcan los días de los sobrevivientes.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, informó que más de 4.000 efectivos del Ejército y la Marina trabajan en las zonas siniestradas, apoyados con maquinaria pesada. Según cifras oficiales, al menos 64 personas han muerto y 65 permanecen desaparecidas por el temporal que azota el país.