Al menos ocho personas murieron y decenas resultaron heridas tras dos potentes sismos que sacudieron el sur de Filipinas este viernes, provocando pánico, daños estructurales y breves alertas de tsunami en la isla de Mindanao, informaron las autoridades locales.

El primer temblor, de magnitud 7,4, se registró frente a las costas de Davao Oriental, con epicentro a unos 62 kilómetros de la localidad de Manay, y fue seguido siete horas después por otro movimiento de 6,8. Ambos fueron lo suficientemente fuertes como para hacer temblar vehículos y edificios en ciudades cercanas, según reportes de testigos y organismos de emergencia.

La agencia sismológica Phivolcs emitió dos alertas de tsunami consecutivas, advirtiendo a las poblaciones costeras que se alejaran hacia zonas altas ante la posibilidad de olas de hasta un metro de altura. Aunque las advertencias fueron levantadas horas después, las autoridades pidieron a los residentes mantenerse vigilantes ante el riesgo de réplicas.

Entre las víctimas confirmadas figuran tres mineros atrapados por el colapso de un túnel en la zona montañosa de Manay y dos personas en la ciudad de Mati, la más cercana al epicentro. Otras muertes se registraron en Davao, donde varios edificios sufrieron daños parciales y cortes de energía, según informó el funcionario de defensa civil Ednar Dayanghirang.

El presidente Ferdinand Marcos Jr. aseguró que los equipos de rescate trabajan de forma ininterrumpida y que el Gobierno evalúa los daños. Los sismos se producen apenas once días después del terremoto de magnitud 6,9 que dejó 75 muertos en la isla de Cebú, el más devastador del país en una década.