El expresidente brasileño Jair Bolsonaro salió este domingo de la residencia donde cumple prisión domiciliaria para someterse a un procedimiento médico en Brasilia. La justicia autorizó la salida, que marca su primera desde que fue condenado a 27 años y tres meses de cárcel por intentar un golpe de Estado.
Bolsonaro, de 70 años, llegó al hospital DF Star escoltado por policías y sin hablar con la prensa ni con los simpatizantes que lo esperaban. Allí le serán extraídas dos lesiones cutáneas, una de ellas descrita como neoplasia de comportamiento incierto. El procedimiento es ambulatorio y de corta duración.
El exmandatario permanece bajo vigilancia permanente debido al riesgo de fuga. A la par, enfrenta restricciones como la prohibición de usar redes sociales, por considerar el Supremo Tribunal Federal que las utilizó para obstruir investigaciones. Su defensa insiste en que es víctima de persecución política y ha anunciado recursos a nivel nacional e internacional.
Además de los problemas cutáneos, Bolsonaro arrastra complicaciones digestivas derivadas de la puñalada sufrida en 2018, episodios de hipo y vómitos, así como antecedentes de neumonía. La corte deberá resolver en los próximos meses si el exgobernante cumple su condena en prisión o en régimen domiciliario por motivos de salud.