El gobierno de Corea del Sur confirmó que los detenidos en la redada migratoria en Georgia serán repatriados este viernes.

Fueron 475 los arrestados en la planta de baterías Hyundai-LG; la mayoría eran trabajadores calificados.

El presidente Donald Trump desistió de deportarlos, pero Seúl señaló que vuelven por estar “en estado de shock”. El presidente Lee Jae-myung calificó el operativo de “desconcertante”.

«Desde la perspectiva de las empresas, establecer fábricas locales en Estados Unidos inevitablemente suscita preocupaciones como: ‘¿Nos enfrentaremos a todo tipo de desventajas o dificultades en el futuro? ¿Es esto realmente algo que deberíamos hacer?’. Estas preocupaciones podrían afectar significativamente a la inversión directa a futuro en Estados Unidos» aseguró  Lee Jae-myung, presidente de Corea del Sur.

Corea del Sur es socio estratégico de EE.UU. en seguridad del Pacífico y uno de sus principales fabricantes de autos y electrónicos, con plantas en varios estados.

En meses recientes prometió invertir 350.000 millones de dólares en el país, tras las amenazas arancelarias de Trump.

Empresas surcoreanas suelen llevar su propia mano de obra en proyectos y, según fuentes del sector, usan soluciones alternativas de visa para evitar retrasos en las obras.