El presidente ruso, Vladímir Putin, volvió a abrir una posibilidad a un posible encuentro con Volodímir Zelensky, aunque insistió en que este debería realizarse en Moscú, una propuesta que Kiev considera inaceptable.
El canciller ucraniano, Andrii Sybiha, recordó que al menos siete países, entre los cuales figura Austria, el Vaticano, Suiza, Turquía y tres naciones del Golfo, han ofrecido ser sede de la reunión y calificó esas opciones como “serias”, subrayando que Zelensky está dispuesto a acudir a cualquiera de ellas. Según el canciller, la insistencia del Kremlin de que se desarrolle en Moscú solo busca “enredar” el proceso, y recalcó que únicamente la presión internacional podrá llevar a Rusia a negociar en serio.
Putin, desde China, aseguró que el presidente estadounidense Donald Trump le pidió aceptar la cita y afirmó ver “cierta luz al final del túnel” gracias a la mediación de Washington. Sin embargo, volvió a marcar sus líneas rojas, con la incorporación de Ucrania a la OTAN y el uso de activos rusos congelados por sanciones, que a su juicio supondría un “daño inmenso” para la economía mundial.
Aunque no descartó un eventual cara a cara con Zelensky, el mandatario ruso cuestionó si tendría sentido mientras Kiev mantenga sus actuales demandas de seguridad. También sostuvo que el ejército ruso avanza “exitosamente” en casi todos los frentes y describió la situación ucraniana como “crítica”, hasta el momento el mandatario Ucraniano, no ha dado su posición y dado un juicio ante estas declaraciones.