La tragedia golpea nuevamente a Sudán, un deslizamiento de tierra arrasó la aldea de Tarasin, en la región montañosa de Jebel Marra, y dejó más de mil personas muertas. Según el Movimiento de Liberación de Sudán (MLS), que controla el área, prácticamente todos los habitantes de la comunidad fallecieron, con excepción de un sobreviviente.
El desastre ocurrió tras varios días de intensas lluvias que provocaron el desprendimiento de grandes masas de lodo y rocas sobre la aldea. Las imágenes difundidas muestran casas destruidas, árboles arrancados de raíz y a la población intentando recuperar cuerpos bajo condiciones extremadamente difíciles. El Movimiento de Liberación de Sudán aseguró que la magnitud supera sus capacidades locales y pidió apoyo inmediato a la ONU y otras agencias internacionales.
El gobernador de Darfur, Minni Minnawi, calificó la situación como una “tragedia humanitaria que trasciende fronteras” e hizo un llamado urgente a la comunidad internacional. En una región marcada por la guerra y el hambre, el deslizamiento de Tarasin agrava una crisis ya catalogada como una de las más graves del mundo.