Israel lanzó un devastador bombardeo en Sana, capital de Yemen.
El operativo, que derribó el Palacio Nacional Hutí, dejó como resultado al menos 4 muertos y 67 heridos.
La ofensiva encabezada por la aviación israelí surge después de que los rebeldes lanzaran un misil con bomba de racimo contra Israel. Al menos dos personas murieron y 35 resultaron heridas en los ataques, que también alcanzaron dos centrales eléctricas y un depósito de combustible.
Tras los bombardeos, el primer ministro Benjamín Netanyahu lanzó una advertencia dirigida a los insurgentes hutíes.
“Quienquiera que nos ataque o planee atacarnos, nosotros les atacaremos. El régimen terrorista hutí está aprendiendo por las malas que pagará, y está pagando un precio muy alto por su agresión contra el Estado de Israel”, dijo Netanyahu.
A la advertencia se sumó el ministro de Defensa de Israel, quien aseguró que “Hoy destruimos el palacio presidencial hutí. Por cada misil que lancen contra Israel, los hutíes pagarán con creces. Hoy hemos traído sobre los hutíes una plaga de oscuridad y tinieblas, y más adelante llegará también la plaga de los primogénitos”, señaló.
El Ministerio de Defensa israelí publicó una fotografía que muestra al primer ministro Benjamin Netanyahu y al ministro de Defensa, Israel Katz, supervisando la operación militar en Yemen desde un búnker de comando.
La cadena de televisión Al Masirah, controlada por los insurgentes, reportó que «varios ataques tuvieron como objetivo una gasolinera de una compañía petrolera» y una «central eléctrica» en el sur de Saná, que ya había sido bombardeada por Israel hace una semana.