El partido entre Independiente y Universidad de Chile por la Copa Sudamericana terminó en graves incidentes. Desde el inicio hubo lanzamiento de proyectiles, y tras el descanso la violencia escaló con piedras, butacas y explosivos, lo que dejó heridos y obligó a suspender el encuentro. Afuera del estadio, los disturbios continuaron con corridas entre aficionados.

«Hay que distinguir dos situaciones. Si una persona, por ejemplo un hincha, está cometiendo actos de violencia, lo que procede es que la fuerza pública lo detenga y lo ponga a disposición de la justicia. Eso es Estado de derecho. Pero algo muy distinto es que una persona, cualquiera sea la circunstancia, sea víctima de un linchamiento. Eso es barbarie. Y por tanto tenemos que erradicar la barbarie del fútbol, en Chile, en Argentina y en todas partes» condenó Álvaro Elizalde, ministro del Interior de Chile. 

El caos comenzó cuando los seguidores del club chileno arrojaron proyectiles como palos, botellas e incluso butacas a las tribunas inferiores y laterales, donde había hinchas argentinos. 

Los aficionados de Independiente respondieron devolviendo proyectiles. Los argentinos terminaron escalando a la tribuna alta, agredieron a los chilenos y despojaron de sus ropas a seguidores de la U. El partido, que iba 1-1, fue suspendido temporalmente en el minuto 48 y luego cancelado por la Conmebol, que aseguró que el resultado final y las posibles sanciones contra los conjuntos serán determinadas por su unidad disciplinaria. 

(Photo by ALEJANDRO PAGNI / AFP)

«El tema es que faltó, no sé, una vez que se empezaron a ir, que ya se había ido un montón de gente. Tenían que haber subido dos o tres, diez policías y se acababa. No pasaba nada. El tema fue que no subió nadie esto. Estuvimos 40 minutos ahí adentro. Algo falló, evidentemente, porque esto se acababa con ya te digo, diez policías una vez que se fue el horrible de la hinchada»  aseguró Rodolfo Sguerra, hincha de Independiente. 

Pese a la presencia de 650 agentes, la violencia no fue contenida y la reacción tardía de la seguridad generó críticas. El presidente de Chile cuestionó la organización y la falta de control en el operativo.