En las últimas 48 horas, intensas lluvias monzónicas han dejado un saldo de al menos 307 muertos y 23 heridos en el norte de Pakistán, provocando inundaciones, deslizamientos de tierra y rayos que dificultan el acceso de los equipos de rescate a las zonas afectadas.
La provincia montañosa de Khyber-Pakhtunkhwa, fronteriza con Afganistán, ha sido la más golpeada, con 307 fallecidos, en su mayoría víctimas de crecidas repentinas, derrumbes de viviendas o descargas eléctricas.
Los representantes de los servicios de emergencia, explicaron que más de 2,000 rescatistas han sido desplegados para recuperar cuerpos y evacuar a los sobrevivientes.
Sin embargo, señalan que muchos afectados se niegan a abandonar sus hogares, pues familiares siguen atrapados bajo los escombros, “Las fuertes lluvias, los deslizamientos de tierra y las carreteras bloqueadas dificultan el acceso de las ambulancias y los equipos deben desplazarse a pie”, agregaron.
Otras regiones también han sufrido pérdidas significativas, en Cachemira pakistaní registró nueve fallecidos, mientras que en la zona administrada por India murieron al menos 60 personas y unas 80 permanecen desaparecidas.
En la región turística de Gilgit-Baltistán, cinco personas perdieron la vida y las autoridades aconsejan a los visitantes evitar la zona, que suele recibir numerosos alpinistas durante el verano.
Desde finales de junio, cuando comenzó la temporada de monzones, se contabilizan 657 víctimas mortales, entre ellas un centenar de niños y 888 heridos, según datos del gobierno paquistaní.
El Departamento Meteorológico de Pakistán emitió alertas de lluvias intensas para el noroeste del país en las próximas horas y pidió a la población extremar precauciones ante la posibilidad de nuevos desastres.