El gobierno de Costa Rica anunció que este mismo año comenzará la construcción de una prisión de máxima seguridad, tomando como referencia el modelo carcelario implementado por el presidente salvadoreño Nayib Bukele.
El objetivo es frenar el avance de la criminalidad organizada que ha elevado los índices de violencia a niveles históricos en el país.
El ministro de Justicia y Paz, Gerald Campos Valverde, confirmó el inicio anticipado del proyecto denominado Centro de Alta Contención del Crimen Organizado, CACCO, originalmente previsto para 2026.
Durante su comparecencia ante una comisión legislativa que analiza el presupuesto de la obra, Campos explicó que la decisión fue acelerada debido a la presión que ejercen las bandas del narcotráfico y el riesgo de colapso en el sistema penitenciario actual.
“Si no hacemos esto, el sistema va a colapsar y nos exponemos a conflictos internos, tomas de rehenes y motines”, advirtió Campos. Actualmente, las cárceles del país presentan una sobrepoblación cercana al 30%, lo que facilita que líderes criminales continúen operando desde los centros penitenciarios.
El CACCO tendrá capacidad para 5,100 personas privadas de libertad, lo que representa un aumento del 40% respecto a la infraestructura penitenciaria existente.
El proyecto tendrá un costo estimado de $35 millones de dólares y contará con asesoría técnica de El Salvador, país que compartió planos, modelo de construcción y sistemas de seguridad.
Campos visitó en abril el Centro de Confinamiento del Terrorismo, CECOT, considerado la prisión más grande de América Latina, con espacio para 40,000 reos.
El deterioro de la seguridad en Costa Rica ha sido notorio. El país, que por décadas fue considerado el más seguro de Centroamérica, cerró 2023 con una tasa de homicidios récord de 17,2 por cada 100,000 habitantes. Aunque en 2024 se observó una leve baja, las cifras de 2025 vuelven a ser alarmantes: hasta el miércoles 13 de agosto, se registraron 543 homicidios.