Las autoridades japonesas emitieron este lunes órdenes y alertas de evacuación para más de tres millones de personas en el suroeste del país, tras intensas lluvias que provocaron inundaciones y deslizamientos de tierra. La prefectura de Kumamoto ha sido la más afectada, con ríos desbordados, carreteras dañadas y zonas residenciales sumergidas hasta a un metro de agua.
Según la Agencia Meteorológica Japonesa, en la ciudad de Tamana cayeron 37 centímetros de lluvia en apenas seis horas, un récord para la región. “La situación representa un peligro mortal y hay que garantizar la seguridad de inmediato”, advirtieron los meteorólogos, que llamaron a mantener la máxima vigilancia ante posibles nuevos frentes lluviosos.
Los equipos de rescate trabajan contrarreloj. En la localidad de Kosa fue hallado el cadáver de una persona tras un deslave, mientras que un anciano atrapado en su vivienda en Misato pudo ser rescatado con vida. En Fukuoka, dos personas continúan desaparecidas después de ser arrastradas por la crecida de un río.
Aunque la intensidad de las precipitaciones ha disminuido en Kumamoto, las autoridades advirtieron que las condiciones pueden empeorar rápidamente en otras zonas. El gobierno central coordina con las prefecturas afectadas para acelerar las operaciones de rescate y garantizar refugio a los evacuados.