El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha proclamado el 9 de febrero como el «Día del Golfo de América», en consonancia con su iniciativa de renombrar el Golfo de México como «Golfo de América». Esta decisión se formalizó mediante la Orden Ejecutiva 14172, titulada «Restaurando Nombres que Honran la Grandeza Americana», firmada el 20 de enero de 2025, día de su segunda investidura presidencial.
La proclamación insta a los estadounidenses a conmemorar esta fecha con ceremonias apropiadas que celebren la importancia del golfo para la nación. Además, se están realizando esfuerzos para actualizar mapas digitales y otras referencias geográficas para reflejar el nuevo nombre.
El presidente Trump ha argumentado que el cambio de nombre es «bello y apropiado», y forma parte de una serie de medidas destinadas a enfatizar la soberanía y los intereses estadounidenses en la región. Esta iniciativa ha generado diversas reacciones a nivel internacional, especialmente en México, donde se percibe como una acción unilateral que ignora la historia y la geografía compartida del golfo.
A medida que se implementan estos cambios, será crucial observar cómo afectan las relaciones de Estados Unidos con sus vecinos y cómo se desarrollan las dinámicas en torno a la nomenclatura geográfica y la soberanía regional.