Con machetes y armas de fuego, un grupo de yihadistas ingresaron a una vigilia que celebraba un grupo de cristianos en la República Democrática del Congo. Irrumpieron la actividad e inmediatamente se lanzaron contra los religiosos, matando en el acto a al menos 40 de ellos. 

El hecho sucedió en el poblado de Koganda, ubicado en la zona fronteriza con Uganda, donde son de mayoría islámica. 

Los atacantes consiguieron escapar sin ser vistos antes de que las fuerzas de seguridad llegaran al lugar de los hechos.

De los 43 muertos contabilizados, nueve son niños, diecinueve mujeres y quince hombres. Al menos 20 fueron asesinados dentro de la iglesia, el resto, quemados en sus casas. Otras personas habrían sido secuestradas.

Fuentes de la zona atribuyen el ataque a las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), milicia afiliada al Estado Islámico y ya responsable de miles de muertes de civiles en esa región. Los atacantes consiguieron escapar sin ser vistos antes de que las fuerzas de seguridad llegaran al lugar de los hechos.

El Papa ha enviado un telegrama de pésame en el que asegura que se siente «consternado» por lo ocurrido.