Las fuertes lluvias monzónicas que afectan al norte de Pakistán han dejado casi 350 muertos y alrededor de 150 personas desaparecidas, según reportes de las autoridades.
Desde el jueves, las precipitaciones han provocado inundaciones, deslizamientos de tierra y daños masivos en pueblos enteros, dejando a muchos habitantes atrapados bajo los escombros.
Cerca de 2.000 rescatistas, junto con pobladores locales, trabajan sin descanso en las zonas más afectadas, buscando sobrevivientes y recuperando cuerpos. La magnitud del desastre ha destruido viviendas y servicios básicos, complicando las labores de asistencia y rescate.
Desde el inicio del monzón a finales de junio, considerado excepcionalmente intenso por las autoridades, más de 650 personas han muerto, entre ellas alrededor de 100 niños, y más de 900 resultaron heridas. En varias localidades, los funerales se han multiplicado ante la gravedad de la tragedia.