La respuesta del gobierno ante el creciente desorden en Los Ángeles, California, es contundente con un masivo despliegue de más de 2,000 tropas adicionales de la Guardia Nacional y Marines. Esta medida busca contener las protestas que ya suman cuatro días consecutivos.
El Pentágono anunció específicamente el envío de 700 marines para sumarse a los efectivos de la Guardia Nacional ya en terreno. Su principal misión es resguardar edificios gubernamentales y zonas clave, intentando restablecer el orden.
En total, la presencia militar en California ahora supera los 2,000 efectivos, incluyendo unidades de la 79ª Brigada de Infantería, una decisión tomada por el presidente Donald Trump tras los disturbios y destrozos del sábado en Compton y San Bernardino.
Sin embargo, el gobernador de California, Gavin Newsom, anunció que demandará a la administración Trump. Newsom afirmó que la decisión de enviar tropas fue incorrecta porque no le consultaron antes. Dijo que, en una llamada telefónica con Trump el viernes, «nunca se mencionó la Guardia Nacional».
Por su parte, el presidente Donald Trump ha defendido su decisión con firmeza. En publicaciones en su plataforma Truth Social, Trump ha asegurado que, de no haber intervenido con el envío de tropas, Los Ángeles «habría sido completamente obliterada» o «estaría ardiendo hasta los cimientos».
